Un huerto urbano comunitario es un lugar donde la tierra se cuida y las personas se cultivan. El sábado 13 de Abril a los asistentes al huerto urbano os hablamos sobre los aspectos básicos para iniciar un huerto, y cómo conseguir disfrutar de la ciudad a la vez que la transformamos. Los huertos son espacios donde los que participamos ingeniamos formas de decisión colectiva y hacen que aprendamos nuevas formas de habitar lo urbano, e incluso como instrumento pedagógico, liberan algunas capacidades que incluso nosotros no conocíamos.
Los huertos urbanos son espacios ciudadanos en los que de manera abierta un grupo de vecinos cuidan el espacio de todos, diseñando y construyendo jardines y huertas. Lugares para el cultivo vegetal y también el cultivo social, creamos bancales con producción ecológica que atrae las discusiones sobre gestión eficiente de energía o riego, pero también creamos espacios de reunión e intercambio comunitario, como este día. O incluso, para poner en marcha en sus entornos próximos actividades que tienen que ver con la cultura al aire libre. Debates y charlas, pequeños concursos, talleres de construcción u otras prácticas.
Hay muchos tipos de huertos: de ocio, escolares o incluso en balcones. Pero los que a nosotros nos interesan hoy son los huertos urbanos comunitarios. Y esta triple condición es lo que les hace tan interesantes, y les convierte en un movimiento imparable.
Son huertos
Son espacios para el cultivo vegetal, jardines comestibles cuidados por vecinos. Su condición hortelana vincula fuertemente estos espacios con el medio ambiente, con medidas sostenibles y nos hacen reflexionar en torno a lo que comemos y su procedencia. Este huerto urbano se gestiona de manera ecológica, intentando no utilizar pesticidas ni fertilizantes, sino aprender de los tiempos, los ciclos y la sabiduría natural para obtener los mejores resultados y conseguir espacios frescos y verdes que nacen en medio del asfalto de la ciudad.
Son urbanos
Son proyectos atados directamente a la ciudad y sus barrios. Son proyectos de renovación y mejora de solares degradados, en los que pensar los jardines y plazas involucrando a los vecinos y vecinas de forma directa. Los huertos urbanos contribuyen a pensar la ciudad en clave participativa, se piden a la ciudadanía claves para diseñar la ciudad, otorgando mayor capacidad de gestión, pero también mayor compromiso, a los propios vecinos.
Un huerto urbano da valor a la forma de estar en la ciudad, incrementa las posibilidades de usarla y disfrutar de ella. Nos permite a los ciudadanos auto-diseñar y construir nuestros lugares, descubrimos en los huertos miles de mobiliarios urbanos imaginativos.
También son espacios en los que recuperar lo doméstico en lo público o lo común, espacios en los que se come, se riega, se charla o se echa la siesta, y se demuestra que la ciudad es una extensión natural de nuestras casas. Los huertos son urbanos porque hacen a la ciudad aprender otras formas de crecer e incluso de decrecer.
Son comunitarios
Son lugares gestionados desde la creación de una comunidad. Solo a través de conformar una comunidad fuerte podemos hacernos cargo y disfrutar de los huertos. Son lugares autónomos, donde los vecinos y vecinas toman las decisiones, pero no solos, sino juntos. Los huertos contribuyen a la organización social, a la creación de lazos y amistades nuevas, incrementa las relaciones en una ciudad donde cada vez es más difícil conocer gente. Además, estas comunidades suelen ser ricas en pluralidad, totalmente intergeneracionales y abiertas, y se busca la diversidad de procedencias y culturas. Los huertos urbanos son espacios en los que todo el mundo puede participar e implicarse en la medida de sus posibilidades, en los que nunca sobra nadie.
En realidad, la mayor parte de las personas que habita los huertos urbanos comunitarios no lo hacen para disponer de hortalizas o comer más sano, ni siquiera para mejorar el entorno en el que viven, sino porque es divertido. Participan para conocer gente, pasarlo bien en comunidad y disfrutar de forma sana las ciudades en las que vivimos.
El huerto urbano es una escuela de ciudad, en la que se aprende la teoría de cómo plantar tomates, o a distinguir entre la planta de un pepino y un calabacín, además de muchas experiencias que van desde la normativa urbana, hasta la mediación, o del diseño de mobiliario a la gestión del agua y la energía. Cada participante en un huerto urbano se forma aprendiendo y compartiendo a todo el grupo, no hay maestros, sino que todos aportamos y recibimos.
Si estás pensando en arrancar un nuevo huerto o en apuntarte al huerto urbano de tu barrio la próxima vez, participarás en una experiencia única. Habitarás en un lugar confortable y divertido junto a gente interesante y diversa, vivirás en un espacio fresco y verde que te dará de comer y de reír. Os aconsejamos preguntar siempre a otros hortelanos, pero también tener iniciativa y lanzaros al vacío a experimentar en estos laboratorios vegetales que son los huertos.
Pero este lugar no te lo va a regalar nadie, lo tienes que pensar, construir y regar tú mismo, junto a las personas con las que lo vas a compartir. Montar un huerto urbano comunitario es participar en diseñar y cuidar un jardín cerca de casa, con amigos nuevos y viejos, en los que sacar todo el jugo posible a la ciudad en la que vives, pero sobre todo es habitar un espacio en el que disfrutar.
Más información: http://huertoslacorredoria.emiweb.es/