Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias

Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias

El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, declarado en el año 2002, ocupa gran parte de las montañas del sur del concejo de Cangas de Narcea, la práctica totalidad del concejo de Degaña y pequeñas áreas al este del concejo de Ibias. La provincia de León hace de límite meridional y el Parque Natural de Somiedo constituye el límite oriental. Enclavadas íntegramente dentro del Parque, se sitúan las Reservas Naturales de Muniellos y del Cueto de Arbás.

Este espacio debe su nombre a que en él se incluyen los nacimientos de los ríos Narcea e Ibias y las cabeceras de sus primeros afluentes. De los casi 600 km 2 que forman parte del Parque, el 75% aproximadamente corresponde a la cuenca del Narcea y el 25% restante a la del Ibias.

Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias – Wikimedia Commons

El Parque comprende la cabecera del río Narcea, desde su nacimiento en el Collado Alto hasta Rengos. Por la margen derecha de éste, se incluyen las cabeceras de los ríos Carabales, Junquera, Cibea, Naviego y Gillón. Por la izquierda, las del Coto y Muniellos. Al sur, la presencia del cordal formado por la Sierra de Degaña y la de La Candanosa delimitan la cabecera alta del río Ibias, tributario del Navia. El Parque integra por tanto un conjunto de sierras y valles que, por su escaso poblamiento y acusado relieve, conservan importantes masas forestales autóctonas. La conveniencia de una protección legal del espacio ya había sido señalada finalizando el siglo XIX por Bellmunt y Canella, que, en su obra Asturias, proponían la creación de un Parque Nacional que tomara por modelo el de Yellownston, declarado en los Estados Unidos de Norteamérica en 1897.

La población es escasa, apenas seis mil habitantes que se concentran en cuatro localidades principales: Rengos, a orillas del río Narcea, en el concejo de Cangas; Degaña y Cerredo, a orillas del río Ibias, en el concejo de Degaña; y Luiña, en un área montañosa cercana al Puerto de la Campa de Tormaleo, en el concejo de Ibias. En todos los casos se trata de núcleos de población desarrollados al amparo de una intensa actividad de minería, que supone casi la mitad de los empleos totales. El resto de la población se distribuye por pequeñas aldeas con una actividad agroganadera escasamente desarrollada y en la mayor parte de los casos complementaria del trabajo en las minas.

En las áreas de mayor altitud son muy evidentes huellas de un modelado glaciar que se manifiesta en la presencia de pequeñas cubetas de excavación y depósitos morrénicos, especialmente en las laderas orientadas al norte. Es frecuente que dichas cubetas alberguen lagunas de montaña o turberas que se escalonan a lo largo de la ladera a modo de pequeños rellanos. Así ocurre en las Lagunas de Muniellos, al norte de La Candanosa; en las Lagunas de Tablado-Sisterna, al norte del Teso Mular; o en la Laguna de Cueto Arbás, por ejemplo.

Flora

La vegetación del área aparece condicionada por dos factores principales: un elevado rango de altitudes, que va de los 600 m de Rengos a los 2000 del Cueto Arbás, y la pobreza de los suelos que se deriva del carácter silíceo del roquedo.

Los bosques de mayor extensión son sin duda robledales de roble albar y hayedos. Ambos tipos de bosque tienden a ocupar áreas de alta pluviosidad. El primero en exposiciones de solana y el segundo en exposiciones de umbría, donde la menor insolación favorece una mayor humedad ambiental. Sin embargo, los hayedos apenas tienen representación al oeste del cauce del Narcea, situándose los más occidentales de la Cordillera Cantábrica en el Monte de Muniellos. A partir de ese punto, las umbrías más húmedas son ocupadas por bosques florísticamente similares a los hayedos pero en los que el haya es sustituido por el roble albar. Se interpreta que la desaparición del haya en el extremo occidental de la cordillera es debida a la menor precipitación estival causada por la presencia del anticiclón de las Azores, que en el verano se desplaza al norte para situarse enfrente de las costas gallegas.

Brezo blanco

Los hayedos más extensos y representativos son los que se conservan en la cuenca alta del Narcea, en el Monte de Hermo. En cuanto a los robledales destacan por su extensión y grado de conservación los del Monte de Muniellos. En las áreas de mayor altitud, el límite del bosque está formado por formaciones ralas de abedular. Los abedulares tienden a ocupar las laderas más frías, orientadas al norte, y adquieren especial entidad en el Monte de Muniellos, las laderas del Teso Mular y la cuenca alta del río Naviego. En áreas similares pero de fuerte insolación, las laderas orientadas al sur, el abedul es sustituido por formaciones arbustivas de roble orocantábrico, que se hacen especialmente abundantes en el Monte de Muniellos y la vertiente meridional de la Sierra de Degaña.

Por último, debe citarse la presencia de bosques y retazos de bosque de rebollo, que se sitúan en las áreas de menor pluviosidad: las laderas orientadas a solana del Monte de Muniellos y las de idéntica orientación de la Sierra de Degaña, siempre en estaciones de baja altitud.

A pesar de la abundancia y extensión de los bosques del Parque, algunas áreas han sufrido procesos de deforestación que han supuesto la formación de importantes superficies de matorral. En las áreas con suelos forestales, bien desarrollados se trata generalmente de piornales de escoba negra, piorno y brezo blanco. En cambio, donde los suelos presentan menor desarrollo, por causas naturales o artificiales, abundan brezales de brezo rojo, carquexa, brecina, brezo vizcaíno o brezo
ceniciento.

Además de los diferentes tipos de bosque citados, en la cubierta vegetal del Parque debe destacarse la frecuente presencia de ambientes lacustres y turbosos que albergan numerosas especies de flora protegida. Así, la Laguna de Arbás, constituye, con el Lago Ubales en Caso, la única localidad conocida del helecho juncal catalogado como especie sensible a la alteración de su hábitat. Idéntica catalogación reciben el nenúfar amarillo pequeño, cuya única localidad conocida en Asturias es la Laguna de Reconcos, o el junco filiforme, presente sólo en las turberas bajas oligótrofas de Fasgeo en Degaña.

Fauna

El ámbito del Parque constituye uno de los lugares de mayor riqueza faunística de toda la Cordillera Cantábrica. Debe destacarse la presencia del oso pardo cantábrico, que sitúa en el entorno de Hermo uno de los principales núcleos poblacionales. Entre los grandes mamíferos destacan además el lobo y los grandes ungulados de interés cinegético: jabalí, corzo y rebeco. Jabalí y corzo son abundantes en los bosques del Parque, el rebeco, sin embargo, tiene en el área poblaciones muy reducidas que conforman su límite occidental de distribución. El venado se extinguió mediado el siglo XX. Otros mamíferos de menor tamaño y abundantes son carnívoros como el zorro, la marta, la gineta, el gato montés, la garduña o el tejón, o micromamíferos como la musaraña de campo, la rata de agua o el desmán ibérico. En piornales y praderías de montaña destaca la presencia de un endemismo de la Cordillera Cantábrica: la liebre de piornal.

Liebre del piornal – Héctor Ruiz Villar

Entre las aves, cabe citar la presencia de algunas tan escasas como el urogallo o el pico mediano. El urogallo mantiene una importante población mientras que el pico mediano ha sufrido en esta área una drástica reducción poblacional que podría situarlo al borde de la extinción. Entre las rapaces, son frecuentes las características de medios forestales: como el azor o el gavilán. Las que requieren cortados rocosos son en cambio escasas, constatándose la presencia de sólo una pareja de águila real.

Reserva Natural Integral de Muniellos

Podríamos decir que el antecedente o germen del actual Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias fue la Reserva Biológica de Muniellos, creada en el año 1982, abarcando en aquel momento tan solo el Monte de Muniellos que había sido adquirido por el ICONA en 1973 para preservar y proteger el mayor robledal de España.

A la Reserva Biológica de Muniellos se anexionarían años más tarde el Monte de Valdebois (Ibias) y el Monte de la Viliella (Cangas del Narcea) para flanquear el origen de la misma y darle mayor ámbito de protección abarcando en su totalidad unas 5.900 hectáreas de bosque en un estado casi primigenio. Una vez que se legisla en materia de protección de espacios naturales en nuestra región, tras el traspaso de competencias, el PORNA establece distintas categorías y figuras en función de la extensión, grado de humanización y valores ecológicos del espacio a proteger. De tal forma que la antigua Reserva Biológica Nacional se convertirá en Reserva Natural Integral de Muniellos en 1994, ostentando desde entonces el adjetivo de única reserva natural integral en el Principado de Asturias. Tal declaración implica la protección del medio ambiente por encima de cualquier otro objetivo, pero la Reserva de Muniellos ha sido declarada también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, otorgándole el distintivo de Reserva de la Biosfera. Esta declaración premia el desarrollo sostenible de Muniellos, pero también pone de relevancia que es un patrimonio natural de toda la humanidad, y por tanto todos tenemos el derecho de disfrutarlo así como el deber de contribuir a su conservación. En el marco del uso público de este espacio, la normativa ha sido muy rígida desde el origen y se ha mantenido invariable a lo largo de los años, estableciéndose el acceso de 20 personas al día por la senda autorizada. Una vez que se declara el Parque Natural de Fuentes del Narcea, la Reserva pasa a integrarse en el mismo aunque mantiene su propio Plan Regulador de Uso y Gestión (PRUG), en el cual se regulan los usos y actividades permitidos en el territorio de Muniellos.

Reserva Natural Parcial del Cuetu d’Arbas

La Reserva Natural Parcial del Cuetu d’Arbas se extiende por el área de influencia del Cuetu d’Arbas, que constituye el techo de la comarca con más de 2000 metros de altitud. Es una zona de altísimo valor ecológico y ambiental, principalmente porque alberga especies de únicas de turbera en nuestra región y por ser además zona
de tránsito osero, y al igual que Muniellos, ha quedado integrada dentro del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Ibias y Degaña tras su declaración. Abarca una extensión de tan solo unos 27 kilómetros cuadrados y dentro de la zonificación del Parque aparece como Zona de Uso Restringido Especial, por ser una de las áreas más sensibles a la presión turística y usos humanos, si bien al mismo tiempo es una de los parajes más idóneos para la observación de fauna en estado salvaje.

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